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Inspirado en la fuerza de las olas al romper contra las rocas de la costa, el proyecto – una piscina climatizada municipal – está situada a la entrada de la ciudad, junto al polideportivo municipal.
El edificio se dispone en paralelo al polideportivo. Una franja de solar se cede al espacio público, así, se crea una plazoleta que da entrada a la instalación. El vestíbulo de entrada, rectangular, da paso a la nave de piscinas. Desde el se percibe la cubierta ondulada, que a modo de ola cae sobre la roca en la que se acaba de entrar. Con la superposición de cristales y mallas metálicas se consigue que el plano de luz que penetra en el interior se asemeje a los reflejos cambiantes producidos por los rayos de sol al atravesar el agua en movimiento.
Cinco materiales se han utilizado en la construcción del edificio: bloque de hormigón coloreado, aluminio, madera, vidrio y policarbonato.